Quiero creer en la palabra 'esperanza' tal como está escrita en el libro de los humanos.
Ha pasado mucho tiempo desde mi última entrada. Me gustaría decir que he estado escribiendo pero mentiría en parte.
He escrito alguna cosa.
Un microrelato de terror que ha quedado finalista de entre 1700 escritos. Y que será parte de un libro. Pero el mérito de esto no es solamente mío. Mi amiga Irene me ha dirigido magistralmente para sacar lo mejor de mí. Y a pesar de no ganar estoy agradecido de formar parte de este libro ya que estoy muy contento de cómo quedó este relato de título Noise. Y será lo primero que me publiquen. (No cuento la auto publicación.)
Estoy a punto de terminar un guión para un corto metraje que espero que mi amiga termine dirigiendo y que sea un éxito ya que se lo merece.
He reescrito dos capítulos de mi novela Xerhon-Ra aunque ya se me hace muy cuesta arriba llevar dos años trabajando en la misma obra. Cierto que me gusta mucho cómo está quedando. Pero dependo demasiado de pedir favores. Necesito una persona que dibuje mi nueva portada, a alguien que me corrija lo reescrito y mil cosas que escapan a mi control. Y todo esto por la “face”.
Así pues si he escrito, pero apenas he acabado nada de lo que he empezado. El trabajo empieza a ser un obstáculo para alcanzar mi sueño. Las relaciones y aficiones me lastran cada vez más. Todo está puesto en mi camino para no dejarme avanzar. Me hacen dudar de mi propia capacidad. Y me pregunto si llegado el momento podré dejar de lado todo para alcanzar mi sueño. ¿Merecerá la pena?
Lo cierto es que las historias se agolpan en mi mente. Mi creatividad nunca descansa y es agotador muchas veces pensar mil cosas a la vez y ver que no puedes acabar ninguna. Me frustro por tener inacabada mi novela Tomodachi Haru. De pensar e idear en la continuación de mi más titánica obra Sangre y Espada. De culminar mí obra más intimista Una Historia Más. Y de editar la novela histórica de Besay. Todas estas novelas, más la decena de historias que danzan en mi mente, quieren ver la luz, que la gente las disfruten, que se rían, que lloren, incluso que las critiquen.
Mucha gente tiene fe en mí. Y eso me hace tener esperanza, bueno más bien me hace querer tener esperanza.